Macy's anuncia que retrasa la publicación de su reporte corporativo y que un empleado ocultó $100 millones en gastos no reconocidos.
Terrible noticia toma por sorpresa a los accionistas y a la misma empresa
Hoy quiero reflexionar sobre una noticia corporativa que nos deja una importante lección sobre la falta de controles internos en las empresas. Macy's, una compañía icónica, ha tenido que retrasar su informe trimestral debido a la alarmante revelación de que un empleado ocultó entre $132 y $154 millones en gastos de entrega a lo largo de varios años.
Esta situación, más allá de su impacto inmediato en la confianza de los inversionistas (su acción cayó un 3.9%), pone de manifiesto un problema crítico: la ausencia de controles sólidos puede tener consecuencias catastróficas a largo plazo.
Aunque Macy's asegura que los pagos a proveedores y la gestión de efectivo no se vieron afectados, este caso subraya la importancia de contar con procesos transparentes y supervisión efectiva en cada nivel de la organización. No se trata solo de evitar el fraude, sino de proteger la confianza de empleados, clientes e inversionistas.
Para mí, este es un recordatorio de que los detalles más pequeños —como el seguimiento de gastos específicos— pueden convertirse en un riesgo enorme si no hay controles adecuados. Es hora de que otras las empresas evalúen sus procesos y aprendan de estos errores.
La falta de controles asemeja a la figura del “Ouroboros”
Un golpe directo hacia los accionistas quienes enfrentan una baja en el precio de la acción condimentada por un halo de duda y de incertidumbre. Hace un año, pasó una situación parecida aunque más grave con otro retailer latinoamericano , la empresa “Americanas” de Brasil que también descubrió enormes discrepancias contables y
esto la orilló a la quiebra.
Americanas, una de las cadenas minoristas más grandes de Brasil, reveló pérdidas multimillonarias atribuidas a una compleja mezcla de mala gestión financiera y errores contables que se remontan a varios años. Este escándalo sacudió al mercado brasileño, dejando a los inversionistas en estado de alerta y a los consumidores desconfiados.
La magnitud de las pérdidas sorprendió incluso a los analistas más experimentados, ya que los pasivos no declarados salieron a la luz durante una revisión interna. Esto llevó a un fuerte desplome en el valor de las acciones de la compañía, eliminando miles de millones de dólares de su capitalización bursátil en cuestión de días.
La situación empeoró cuando los proveedores comenzaron a cortar relaciones, exacerbando una crisis de liquidez que amenazaba con paralizar por completo las operaciones. Ante esto, Americanas se vio obligada a buscar protección bajo leyes de insolvencia para intentar reorganizar sus finanzas y salvar los empleos de miles de trabajadores.
Estos dos ejemplos, demuestran la importancia de la actividad de “control” dentro de las empresas. A final de cuentas, lo que la empresa “controla” es la conducta y las actuaciones de los individuos. No se controla lo que no tiene vida propia, de ahí la importancia de controlar y medir que las actividades que realizan las personas se acerquen a las “normas” y se revisen y corrijan a tiempo aquellas ddesviaciones que se observen respecto a las normas. Como accionistas no queremos sorpresas y no es nada grato observar deterioros en el valor de nuestras inversiones por alguna falta de control, precisamente cuando suponemos que se han implementado controles para que esto no suceda. Que ironía.
A través de mi escritura, busco generar y compartir ideas valiosas, ayudando a los lectores a comprender mejor los temas financieros. Encuentro satisfacción al desglosar mecanismos complejos de los mercados, transformándolos en oportunidades educativas que permiten a las personas tomar decisiones más informadas sobre sus inversiones.