En ocasiones nos preguntamos si debemos realizar o no una inversión. Con el paso de los días el desempeño de la inversión nos genera diferentes tipos de sentimientos:
Si participamos y subió, estamos contentos y llenos de gozo por la decisión tomada.
Si participamos en la inversión propuesta y bajó de precio, nos lamentamos y nos sentimos con la autoestima en el suelo por haber equivocado la decisión.
Si decidimos NO participar y la inversión resultó ser exitosa, nuestro sentir es el peor de todos los demonios juntos en un alma. “Perdí la oportunidad”, “la dejé pasar”, “se me fue”, este tipo de expresiones son las más dolorosas y no hay error mas grave y doloroso para un inversionista que “no haber visto una enorme oporunidad”.
Ejemplos nos sobran de estos todos los días, ¿quien compró Netflix en sus inicios?, ¿dónde están los primeros compradores de NVDA?, ¿aguantaste las AMZN durante la burbuja del dot com?. así la lista puede ser enorme.
La medicina contra este doloroso sentimiento que nos convierte en seres de segunda y que nos tira al piso nuestra autoestima es muy sencilla: “participa en todas las ideas y oportunidades que se presenten”, FOMO “Fear of missing out”.
Hace unos años un amigo me preguntó si debía comprar BITCOIN que cotizaba en $2,000 dólares y como yo soy partidiario de los mercados organizados y regulados, le dije que ni lo pensara pues ese instrumento estaba fuera de la regulación.
Pasaron los días y me preguntó: - ¿Oye no será bueno comprar algo, ya subió a $4,000 dólares? - mi respuesta fue tan corta y sencilla como lo siguiente: “mira, no era una inversión segura en $2,000, mucho menos lo será en $4,000”, ¡aléjate! .
Irónicamene y en forma de burla, dias después me comentó, “el BITCOIN ya está en $6,000 - !SE NOS FUE! - Ni que decir de esa inversión que no se hizo, con el paso del tiempo, el BITCOIN ya llegó a $100,000 - no se si mi amigo entró más tarde, no se si los vendió, no se si tuvo utilidades, la realidad es que él se llevó un mal sabor de boca respecto a mis recomendaciones y yo me quedé con un horrible sentimiento de vergüenza y humillación, ¿cómo es posible que dejé pasar la oprtunidad de nuestras vidas?, es lamentable.
En todo esto hay una lección muy grande: tú nunca tendrás el 100% de la razón, puede haber inversiones que no te gusten, propuestas que no entiendes y quizá hay una tonelada de razones para no participar en el “new big thing” pero . . . es también probable que tus temores no eran ciertos y la propuesta de inversión resultó exitosa.
La otra cara de la moneda, el FOMO, se ha convertido en una tendencia de connotaciones y resultados muy negativos dentro de la industria. Por el “temor” a que se nos escape una buena inversión, como lo que me pasó con el BITCOIN, algunos administradores de fondos han optado por “participar en TODO”.
- No hay mucho que analizar, probablemente estos chavos que vinieron a proponer un negocio innovador y disruptivo, si generen ingresos y se convierten en el nuevo Steve Jobs, !VAMOS A ENTRARLE!.
Así la tendencia de invertir en cualquier idea, ha multiplicado el número de empresas “startups” y “unicornios”, que son comandadas por líderes visionarios, en algunos casos y en otros, líderes inflados que no son capaces de comandar el barco.
Más de una empresa sobrevive perdiendo dinero mes a mes (burning cash) con sus inversionistas y “founders” buscando nuevas rondas de inversión para seguir inflando el balance de la empresa y que sobreviva por un perídodo adicional.
En el caso de acciones listadas en bolsa, hay muchos ejemplos similares, ejércitos de inversionistas comprando la acción X o Y porque está subiendo, a nadie le gusta ver pasar una inversión y después arrepentirse de no haber comprado.
Me subo a la tendencia y si se baja, no pasa nada, todo mundo estaba comprando!!
Me gusta escribir sobre los temas de Finanzas e inversiones, me gusta contar historias para acercar al lector al conocimientos y reflexión sobre los productos y estrategias que le ayuden a tomar mejores decisiones.